ESPLENDOR
Y OCASO
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Terminada
la Guerra Mundial, La Hispano-Suiza presentó en el Salón
de París de 1919 un modelo de gran porte, el tipo H6, que vendría
a representar un avance trascendental en la historia del automovilismo.Su
motor de aleación ligera, con árbol de levas en cabeza y
doble encendido derivaba de los famosos propulsores de
aviación.
Pero, además, incorporaba la primicia de un servofreno sobre las
cuatro ruedas. Por primera vez, se había resuelto el problema que
suponía detener, de forma rápida y sin esfuerzo, un coche
grande y veloz. A lo largo de los "felices veinte", el Hispano H6 y otros
modelos derivados (sobre todo el tipo 56 con ocho litros de cilindrada),
vestidos por los mejores carroceros como Fiol en España, Labourdette
o Saoutchick en Francia, Barker o Vanden Plas en Inglaterra, Farina
en Italia, Hermann & Rossi en Alemania, Fisher o Rollston en EE.UU.,
acaparaban trofeos en los concursos de elegancia de París y conquistaban
las preferencias de la alta sociedad en todo el mundo. |
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Entretanto,
el prestigio de estos carísimos coches se veía incrementado
por las hazañas aéreas realizadas gracias a los motores
Hispano de aviación. Cabe mencionar las 22 travesías atlánticas
logradas entre 1927 y 1934 y, de ellas, destacaremos la protagonizada en
1930 por los franceses Costes y Bellonte, que lograron volar por primera
vez de París a Nueva York en línea directa. También
los españoles obtuvieron su parcela de gloria, como Jiménez
y Iglesias con el vuelo a Río de Janeiro en el Breguet "Jesús
del Gran Poder", o Barberán y Collar que hicieron el arriesgado
trayecto Sevilla-La Habana pilotando el "Cuatro Vientos". En 1931 La Hispano-Suiza
lanzó otro coche inolvidable, el J-12, denominación que alude
a los doce cilindros de su potente motor, capaz de suministrar 220 caballos.
Silencioso y veloz, pese al considerable tamaño, podía alcanzar
los 170 km/h y pasar de 0 a 100 en 12 segundos. Ha sido considerado por
los historiadores "el canto del cisne" de la gran marca, aunque hubo dos
modelos posteriores de indudable calidad, como son los K-6 y T-60. |
Durante
la Segunda Guerra Mundial, la Hispano-Suiza volvió a adquirir un
cierto protagonismo, aunque esta vez fuera debido a sus cañones
de tiro rápido de 20 mm. Un arma tan eficaz que fue seleccionada
para equipar a los famosos cazas Spitfire ingleses o a las fortalezas volantes
norteamericanas. Sin embargo, si las circunstancias de la Gran Guerra de
1914 habían encumbrado a La Hispano-Suiza, la Guerra Civil española
y la contienda mundial de 1939 vendrían a suponer un golpe mortal
para ella. Las fábricas de París resultaron totalmente arrasadas
por sabotajes y bombardeos, mientras en España las difíciles
condiciones de la posguerra se sumó la falta del gran líder
Damián Mateu, fallecido de una rápida enfermedad en 1935.
Tras un intento de reactivar las factorías de la Sagrera, estas
terminaron por ser vendidas en 1946 al Instituto Nacional de Industria,
que inició allí la fabricación de los camiones Pegaso,
quedando las marcas y símbolos bajo la propiedad de LA HISPANO-SUIZA
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