Pininfarina 

    El mito histórico de Pininfarina se remonta a 1930, cuando Battista Farina, apodado Pinin cariñosamente, fundó su propia empresa en Corso Trapiani 107, en Turín (Italia). 
    Battista Farina nació en 1893 y había iniciado su actividad como carrocero del automóvil en 1910, colaborando con su hermano en la firma Stabelimenti Farina. 

    Al independizarse, Pinin ya era famoso a nivel internacional por el refinamiento de sus realizaciones, estando entre sus primeras innovaciones el parabrisas inclinado y la calandra horizontal. 

    Al cabo de dos años, La Carrozzeria Pinin Farina, como fue bautizada la empresa, tenía una clientela fiel e importante, entre la que se encontraban las casas reales e insignes personalidades del mundo político, económico y artístico. 
    En 1939, en los comienzos de la II Guerra Mundial, la firma había conseguido una gran consistencia industrial, contando con 500 empleados, producción de 800 unidades anuales e instalaciones con una superficie de 9.250 metros cuadrados. 

    Al final de la contienda se produce un gran desastre en la empresa turinesa, debido a que un pavoroso incendio destruye prácticamente toda la infraestructura productiva y materiales de incalculable valor. 

    El año 1947 es el año de la recuperación, aunque los horizontes de una amplia actividad se perfilan lejanos. 

      En octubre de 1947, Pinin Farina crea el Coupé Cistalia, que representa una revolución histórica en el desarrollo automovilístico y que confiere al estilo italiano una dimensión definitiva y auténtica, con una posición de primera línea dentro del marco mundial. 

    Este vehículo se conserva actualmente en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, como ejemplo de escultura en movimiento. 

    Otra etapa importante dentro de la historia de la firma turinesa es la presentación, en abril de 1950, del Lancia Aurelia BSO, un coupé disertado bajo una fórmula inédita y que cumplía las funciones de los automóviles calificados como de gran turismo. 

    Ya en 1953, con una producción más industrializada, con la fabricación del Fiat 1 1 00 TV, Pinin Farina entra en el sector de la venta directa, organizando una red comercial en todo el ámbito del territorio italiano, concluyendo en esta actividad, en 1966, con el modelo Fiat 1500 S. 

    Lo deportivo no podía faltar.  En noviembre de 1953, la empresa lanza un deportivo, el Lancia D 24, que se impone en la tremenda Carrera Mexicana, con lo que las realizaciones deportivas de Pinin Farina en el campo de la competición se afirman dentro del gran público. 

    Lanza en el mes de abril de 1954 el Alfa Romeo Giulietta Spyder, cuya producción se prolongó hasta finales de 1965.  Este modelo demostró que dentro de la gran serie es posible la utilización de carrocerías de diseño semisofisticado, puesto que de este modelo se fabricaron más de 27.000 unidades. 

    Pero el deporte es una actividad marginal y la industria hay que mantenerla, y en abril de 1955 se lanza al mercado internacional la berlina Peugeot 403, fruto de la colaboración iniciada con la firma francesa, que perdura hasta nuestros días.  En mayo del mismo año, con el Lancia Aurelia B 20 se afianza la producción del modelo B 24, uno de los pocos spyders en el mundo construidos en serie. 

    En octubre de 1958 se presentó al público la nueva versión del BMC Austin A 40.  Con esta realización Pinin Farina inicia su colaboración con el importante grupo británico, lo que le llevará a la realización de modelos revolucionarios dentro del punto de vista técnico-estético, todavía hoy válidos y actuales. 

    En el año siguiente se produce un acontecimiento sobresaliente.  En colaboración con Ferrari, lanza el Testa Rossa, que vence en Sebring y que da al binomio Pinin Farina Ferrari una resonancia de alcance mundial. 
    En junio de 196 1, el presidente de la República Italiana, Giovanni Grouchi, decreta que la denominación Farina se ha transformado en Píninfarína a todos los efectos civiles y legales. 

    Con el prototipo BMW Morris 1100 -agosto de 1962- se inicia una nueva concepción de estilo automovilístico: máxima habitabilidad, con mínimas dimensiones exteriores.  Esta novedad sólo es posible gracias a la originalidad de las soluciones mecánicas adoptadas: motor anterior transversal, suspensión hidroelastic y tracción delantera. 
    En noviembre de 1963, Pininfarina proyecta y realiza el PF Sigma, un estudio particular con soluciones en el terreno de la seguridad. 

    En marzo de 1966, la firma turínesa crea el centro de estudios e investigación en un edificio ubicado dentro de sus instalaciones. Éste ocupa una superficie de cerca de 17.000 metros cuadrados, empleando a 180 personas con una capacidad de producción de 25 nuevos prototipos anuales. 

    Este mismo afío, concretamente el 3 de abril de 1966, se produce una noticía triste para el automovilismo mundial y especialmente para el italiano: la muerte del creador de la 
    firma, Battista Pinin Farina. 

    Sin embargo, pese a ello y pese al gran trauma, la actividad continúa y su hijo Sergio se hace cargo de la presidencia de la sociedad a la vez que Renzo Carli es nombrado consejero delegado y director general. 
    A partir de este momento, aunque se producen muchos nuevos lanzamientos de modelos y la casa sigue su línea.